El voto de los dominicanos aquí y en Quisqueya...
Los logros "particulares" de los dominicanos en el exterior son innumerables... Con frecuencia nos enteramos del éxito "personal" que obtuvo uno que otro hijo de Quisqueya, ya sea en Europa o el territorio estadounidense. La gran mayoría de los dominicanos somos buenos y trabajadores, aunque reconozco la existencia algunos "plátanos" podridos...
A nivel "comunitario", sin embargo, siento que los dominicanos estamos estancados, atrasados y demasiado divididos. Parte del problema radica en que los dominicanos usualmente no nos integramos a la política de Estados Unidos.
Muchos quisqueyanos sienten que al convertirse en ciudadanos estadounidenses, de alguna manera están traicionando los ideales de Duarte, Sánchez y Mella, y que jurar por la bandera de la Unión Americana los hace menos dominicanos.
Pero otro de los factores que impide el fortalecimiento de la comunidad dominicana en Estados Unidos es la contaminación política que padecemos. Muchos están más preocupados por qué partido político dominará el Palacio Nacional ubicado en la Avenida Dr. Delgado con Calle Moisés García, que el mandatario que residirá en la Casa Blanca en Washington.
El pueblo dominicano, especialmente en el exterior, está dividido por los colores rojo, blanco y morado. E incluso dentro de esos mismos "colores políticos" existen aún mayores divisiones, y hasta vergonzosas degradaciones. La política dominicana, en vez de fortalecernos como comunidad, nos atrasa como cuando un preso huye de la cárcel arrastrando una enorme bola de acero con los pies.
Lo triste de la situación es que sin bien la amplia mayoría de los dominicanos, a pesar de su tendencia partidaria, tiene interés genuino por ver lo mejor para República Dominicana. Al final soy un fiel creyente de que muchos activistas políticos dominicanos primero piensan en sus ganancias y oportunidades personales antes de preocuparse por los beneficios que con su trabajo podrían darle a su país.
La política de "¿qué hay pa' mí?" y de "¿cómo consigo una exoneración para llevar un carro para Santo Domingo?" es la fuente motivadora de muchos de los que respaldan a una tendencia política desde el exterior.
No hay dudas que el activismo político es importante y necesario. Sin embargo, para crecer como comunidad es imperativo que los dominicanos nos involucremos en la política de Estados Unidos; nos hagamos ciudadanos de este país y acudamos a las urnas cuando haya elecciones. Nuestro voto y participación política aquí es tan (o más) importante que cualquier otra cosa que podamos lograr en Quisqueya.
Este país nos ha abierto una puerta de oportunidades. Muchos de nuestros hijos nacieron aquí y a pesar de nuestra influencia cultura, ellos jamás serán 100% dominicanos. Está en nosotros que ellos tengan lo mejor de esta sociedad; por eso debemos participar activamente en la política de Estados Unidos.
Para muchos es difícil entender que si bien estamos atado de orgullo del lugar en dónde nacimos, al final uno es de dónde vive, y por eso debemos luchar para que siempre estemos rodeado de lo mejor "Aquí y en Quisqueya".
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
A nivel "comunitario", sin embargo, siento que los dominicanos estamos estancados, atrasados y demasiado divididos. Parte del problema radica en que los dominicanos usualmente no nos integramos a la política de Estados Unidos.
Muchos quisqueyanos sienten que al convertirse en ciudadanos estadounidenses, de alguna manera están traicionando los ideales de Duarte, Sánchez y Mella, y que jurar por la bandera de la Unión Americana los hace menos dominicanos.
Pero otro de los factores que impide el fortalecimiento de la comunidad dominicana en Estados Unidos es la contaminación política que padecemos. Muchos están más preocupados por qué partido político dominará el Palacio Nacional ubicado en la Avenida Dr. Delgado con Calle Moisés García, que el mandatario que residirá en la Casa Blanca en Washington.
El pueblo dominicano, especialmente en el exterior, está dividido por los colores rojo, blanco y morado. E incluso dentro de esos mismos "colores políticos" existen aún mayores divisiones, y hasta vergonzosas degradaciones. La política dominicana, en vez de fortalecernos como comunidad, nos atrasa como cuando un preso huye de la cárcel arrastrando una enorme bola de acero con los pies.
Lo triste de la situación es que sin bien la amplia mayoría de los dominicanos, a pesar de su tendencia partidaria, tiene interés genuino por ver lo mejor para República Dominicana. Al final soy un fiel creyente de que muchos activistas políticos dominicanos primero piensan en sus ganancias y oportunidades personales antes de preocuparse por los beneficios que con su trabajo podrían darle a su país.
La política de "¿qué hay pa' mí?" y de "¿cómo consigo una exoneración para llevar un carro para Santo Domingo?" es la fuente motivadora de muchos de los que respaldan a una tendencia política desde el exterior.
No hay dudas que el activismo político es importante y necesario. Sin embargo, para crecer como comunidad es imperativo que los dominicanos nos involucremos en la política de Estados Unidos; nos hagamos ciudadanos de este país y acudamos a las urnas cuando haya elecciones. Nuestro voto y participación política aquí es tan (o más) importante que cualquier otra cosa que podamos lograr en Quisqueya.
Este país nos ha abierto una puerta de oportunidades. Muchos de nuestros hijos nacieron aquí y a pesar de nuestra influencia cultura, ellos jamás serán 100% dominicanos. Está en nosotros que ellos tengan lo mejor de esta sociedad; por eso debemos participar activamente en la política de Estados Unidos.
Para muchos es difícil entender que si bien estamos atado de orgullo del lugar en dónde nacimos, al final uno es de dónde vive, y por eso debemos luchar para que siempre estemos rodeado de lo mejor "Aquí y en Quisqueya".
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".