Donald Trump, lejos de evaporarse de la política
Los dos recientes debates presidenciales, donde por primera vez el Partido Republicano presentó en un mismo escenario a su enorme elenco de 17 aspirantes para la Casa Blanca, sin dudas sirvieron para que los votantes estadounidenses tuvieran una "probadita" de la tormentosa campaña electoral que se avecina.
Los ojos del mundo estaban sobre el multimillonario Donald Trump, quien desde que anunció su candidatura a mediados de junio encabeza la mayoría de las encuestas. La razón: Sus controvertidos comentarios contra la inmigración y otros temas que han despertado el interés de muchos en Estados Unidos.
No obstante, ese temperamento bombástico de Trump, probablemente se convertirán en su peor enemigo. Puesto que el magnate no tiene pelos en la lengua para nadie: Igual ataca a los veteranos de guerra, como el icónico senador de Arizona John McCain, como a grupos de mujeres, homosexuales y colegas políticos.
Lo interesante de Trump, es que no suena como un político tradicional. De hecho, su misión ha sido sonar lo menos políticamente correcto posible y, en opinión de algunos, está diciendo cosas que muchas personas quisieran decir pero que no se atreven.
De forma paralela, Trump ha tomado la campaña presidencial como si se tratara de un programa de televisión, arremetiendo contra todos sin importarle las consecuencias. Y es que para él las consecuencias de lo que dice son irrelevantes.
Durante el debate presidencial dejó muy en claro que si no recibe la nominación del Partido Republicano para competir por la Casa Blanca en noviembre de 2016, su fortuna de más de $9 mil millones de dólares le permitirá costear sus aspiraciones presidenciales como independiente.
Una cosa que sí está clara es que si bien los demócratas han disfrutado de un verano de avances de popularidad (precisamente gracias a los incendiarios comentarios de Trump), estos no deben bajar la guardia.
El debate presidencial republicano dejó en claro que el partido conservador tiene bastantes (y buenos) aspirantes capacitados que a la larga podrán dejar a Trump a un lado y hasta vencerle a la ex senadora y ex primera dama Hillary Clinton.
Entre estos candidatos está la ex ejecutiva de Hewlett-Packard, Carly Fiorina, la única mujer republicana aspirando a la presidencia y quien el debate de menos importancia (entre los siete candidatos de menor popularidad) tuvo una participación magistral detrás del podio.
Fiorina, con dinamismo e inteligencia, arremetió contra Trump, contra los Clintos, contra el presidente Barack Obama y presentó ideas claras de qué haría si es electa presidente.
Al final de la jornada, no se sabe quién fue el verdadero ganador del debate presidencial republicano, probablemente el de mayor audiencia en la historia con más de 24 millones de televidentes.
Si por tiempo fue, Trump se llevó el triunfo: El empresario convertido en político fue el que más habló, dominando el espacio de dos horas con una intervención de 10 minutos, 32 segundos. Pero hay quienes sugieren que Trump, nuevamente por la forma como se expresó, terminó siendo el gran perdedor de la noche.
Los otros candidatos como el ex gobernador Jeb Bush, el senador Marco Rubio y los gobernadores Scott Walker y Chris Christie, también tuvieron sus breve momentos de éxtasis durante el enfrentamiento republicano, pero ninguno brilló lo suficiente como para decir que conquistó el respaldo total de la ciudadanía votante.
Increíblemente, el aspirante que más lució presidenciable con comentarios escuetos y con sentido, fue el Dr. Ben Carson, un ex neurocirujano afroamericano quien asegura estar listo para tomar la Casa Blanca. Si bien Carson luce capaz de hacer el trabajo, sus posibilidades son poco probables pues en este momento no cuenta con el respaldo del Partido Republicano.
Regresando a Trump, habrá que ver cuánto tiempo dura su globo político antes de que se desinfle frente a la opinión pública. Trump ha demostrado ser lo suficientemente terco para aguantar por mucho tiempo, y ahora que algunos de sus rivales empezarán a evaporarse (poco a poco debido a la falta de dinero), el millonario empresario permanecerá duro y contundente.
Todavía falta un largo camino por recorrer y nadie puede pronosticar quién será el candidato republicano que finalmente reciba el apoyo del partido en la convención de julio de 2016 para competir contra un rival demócrata en noviembre de ese mismo año.
Por el momento, el único remedio para la ignorancia política es leer, mantenernos informados de lo que dicen los candidatos, y registrarnos a votar para tomar la decisión más sabia en las urnas. El que no vota, automáticamente pierde su derecho a protestar.
El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con dos Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".