Uber vs. Taxis: Enfrentados por la misma carretera
En una zona metropolitana donde la ciudadanía no puede depender del transporte público, a simple vista, la propuesta de Uber es fascinante.
Uber es el moderno servicio de transporte que opera en numerosas ciudades del mundo gracias a la internet y la telefonía celular. Básicamente, sus usuarios descargan una aplicación móvil, que les permite convocar a un conductor privado, que en cuestión de minutos los recoge en domicilio y los lleva a su destino final; muchas veces pagando un fracción de lo que hubiera pagado en un taxi.
Uber hoy cuenta con un creciente número de cliente satisfechos. No obstante, el problema radica en que su expansión pisotea los derechos de una importante clase trabajadora: los taxistas.
En la mayoría de ciudades, manejar un taxi es sinónimo de invertir miles de dólares. En el Sur de Florida, por ejemplo, el vehículo debe de color amarillo y tener lo que se conoce como un medallón (que puede costar incluso más que una casa). El taxista debe pasar un entrenamiento especial y sacar una licencia que lo autoriza a recoger pasajeros.
El taxista también está obligado a registrarse como chofer, y su auto tener un seguro especial, la mayoría de veces más caro que el seguro tradicional para conductores privado.
En el caso de Uber, los choferes simplemente tienen que inscribirse con la compañía, y ser propietarios de un vehículo relativamente moderno (menor de siete años de fabricación), tener un celular y acceso a internet. No requiere una licencia especial ni un entrenamiento adicional. Tampoco pagan un seguro vehicular para proteger a los pasajeros que transporta.
Si bien el servicio de taxi tiende a ser más caro que Uber, lo que afecta el bolsillo del consumidor, la batalla Uber vs. Taxistas es injusta para los que se ganan la vida recogiendo pasajeros. Debido a la gran cantidad de dinero que tienen que desembolsar para poder manejar un taxi, es como si estuvieran entrando a la pelea con las manos amarradas.
Uber está quitándole pasajeros a los taxistas, que tienen que trabajar jornadas de entre 10 y 14 horas diarias, para arañar algunos dólares, pagar por sus responsabilidades y llevarse algo de dinero casa. En el Sur de Florida, por ejemplo, el taxista promedio trabaja unas 50 horas semanales para devengar un salario de entre $250 y $400 dólares.
Los empleados de Uber ganan un sueldo mayor, puesto a que sólo tienen que darle una fracción de lo que ganan a la compañía y el resto queda limpio para su bolsillo.
Esta diferencia hizo que en el condado Broward las autoridades salieran a la defensa de los taxistas y prohibiera a Uber a proporcionar sus servicios en sus calles.
Uber ha dicho que a pesar de no estar presentes en Broward, se comprometió a crear unos 10,000 empleos en los condados de Miami-Dade y Palm Beach. Pero los taxistas en estas dos localidades están presionando para que las autoridades impongan regulaciones para hacer la competencia Uber vs. Taxistas más justas.
Esto le parece injusto a los choferes de Uber, pues argumentan que al igual que los taxistas, su meta es ganarse la vida recogiendo y llevando pasajeros.
Un lugar, por ejemplo, donde las autoridades están arremetiendo contra los choferes de Uber es el Aeropuerto Internacional de Miami. Usualmente, los taxistas deben esperar entre 30 minutos y dos horas para recoger un pasajero.
Por lo que miembros del Departamento de la Policía de Miami-Dade está multando a los choferes de Uber que recogen personas en la terminal. Cada multa es de $1,000 dólares. La primera por conducir un vehículo sin la licencia para ser contratado, y la segunda por no estar registrados como chofer.
Esto significa que el chofer de Uber que se arriesga a buscar a un pasajero al aeropuerto corre el riesgo de pagar hasta $2,000 dólares en multas. Uber supuestamente ha dicho que se hará responsable de pagar estas multas, pero hasta ahora no ha sucedido y muchos conductores ahora están en problemas con la ley.
Lo peor es que no tienen cómo comunicarse directamente con Uber. Pese a que la empresa de transporte opera en más de 40 ciudades, ni clientes, ni empleados, ni la prensa, tienen un número telefónico a dónde llamar. Toda la comunicación con Uber se hace a través de correo electrónico, lo que dificulta cualquier reclamo.
Habrá que esperar qué política finalmente adoptan las autoridades, en especial la comisión de Miami-Dade, para solucionar la batalla Uber vs. Taxistas. Lo que está claro es que con las regulaciones actuales los dos no pueden coexistir a la vez.
En una ciudad donde el turismo es una importante fuente de ingresos es necesario establecer normas para que aquellos que se dediquen a transportar personas ofrezcan un servicio bueno, limpio y seguro.
El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con dos Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".