Venezuela "naufraga" con su pueblo y nadie lanza un "salvavidas"…
Hace poco durante la entrega anual de los Premios Billboard a la Música Latina en Miami, el actor y presentador de televisión venezolano Daniel Sarcos hizo un gesto que sólo los venezolanos (y algunos bien informados) entendieron.
Sarcos, con bolígrafo en mano, comentó qué "como buen venezolano" le "llegó el momento para utilizarlo para firmar". El talentoso artista hacía referencia al esfuerzo de la oposición venezolana de recaudar firmas para someter un referéndum revocatorio qué, de ser exitoso en las urnas, sacaría del poder al presidente Nicolás Maduro Moros.
La oposición venezolana, agrupada en la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), debe presentar unas 4 millones de firmas, equivalentes al 20% del padrón electoral, ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela.
A una semana de entregados los formularios correspondientes por el CNE, los líderes opositores venezolanos habían recaudado poco más de 1.8 millones de actas firmadas, casi la mitad necesarias para convocar una elección especial.
El génesis del referéndum revocatorio contra el presidente Maduro es su presunta doble nacionalidad colombo-venezolana. En este momento se investiga si Maduro es verdaderamente venezolano y elegible para ocupar el máximo puesto de ese país. Hasta el momento, el mandatario se ha negado a demostrar que nació en Venezuela, el 23 de noviembre de 1952.
El problema radica en que si bien su padre, el fallecido Nicolás Maduro García, sí nació en Venezuela, su también difunta madre (Teresa de Jesús Moros) llegó al mundo en la ciudad fronteriza de Cucutá, en territorio colombiano. De confirmarse la doble nacionalidad del presidente Maduro, éste (según la Constitución de Venezuela) sería inelegible para gobernar.
Pero mientras en Venezuela se cocina lo que parece será una acalorada jornada electoral que terminará sacando del poder al heredero del trono del presidente Hugo Chávez Frías, el pueblo venezolano continúa naufragando en un mar de escases de agua potable, alimentos, y una incontenible oleada delictiva.
Para los venezolanos es cada vez más difícil conseguir los alimentos y productos de primera necesidad para subsistir. Con frecuencia llegan las imágenes de saqueos y violentos enfrentamientos en supermercados y centros de abastecimientos; venezolanos matando a venezolanos por comida.
A esto se le suma el racionamiento energético y los cantinflescos anuncios del presidente Maduro, quien recortó la jornada laboral a dos y tres días por semana, con el propósito de ahorrar energía eléctrica. Es triste e irónico que un país rico, productor de petróleo, tenga que dejar que su pueblo sufra en la oscuridad por la falta de electricidad. El Gobierno venezolano incluso cambió la hora para tener 30 minutos más de luz al día.
En un intento desesperado por mantenerse en el poder, y solucionar las necesidades de sus seguidores, Maduro hace poco incrementó el sueldo mínimo de los venezolanos en un 30% y aumentó el suministro alimenticio mensual. No obstante, el aumento salarial ayuda muy poco cuando el país sudamericano atraviesa por una rampante inflación. El poder de compra del venezolano se evaporó por completo en medio de la crisis económica del país.
Desde que Maduro asumió el poder en 2013, el bolívar se devaluó en un 98% contra el dólar estadounidense en el mercado negro, y el índice inflacionario aumentó en triple dígitos. Por su puesto, Maduro atribuye su fracaso financiero a la "guerra económica" que Estados Unidos presuntamente libra en su contra y el pueblo venezolano.
La situación política y económica de Venezuela es tan volátil, que nadie sabe qué puede pasar en los próximos meses. ¿Podrá el referéndum revocatorio sacar a Maduro del poder?, o ¿será el hambre del pueblo la que eventualmente lo desalojarán de Miraflores? ¿Será Maduro un líder fuerte qué sólo abandonará el gobierno muerto, como su predecesor?
Sólo el tiempo lo dirá…
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
Sarcos, con bolígrafo en mano, comentó qué "como buen venezolano" le "llegó el momento para utilizarlo para firmar". El talentoso artista hacía referencia al esfuerzo de la oposición venezolana de recaudar firmas para someter un referéndum revocatorio qué, de ser exitoso en las urnas, sacaría del poder al presidente Nicolás Maduro Moros.
La oposición venezolana, agrupada en la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), debe presentar unas 4 millones de firmas, equivalentes al 20% del padrón electoral, ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela.
A una semana de entregados los formularios correspondientes por el CNE, los líderes opositores venezolanos habían recaudado poco más de 1.8 millones de actas firmadas, casi la mitad necesarias para convocar una elección especial.
El génesis del referéndum revocatorio contra el presidente Maduro es su presunta doble nacionalidad colombo-venezolana. En este momento se investiga si Maduro es verdaderamente venezolano y elegible para ocupar el máximo puesto de ese país. Hasta el momento, el mandatario se ha negado a demostrar que nació en Venezuela, el 23 de noviembre de 1952.
El problema radica en que si bien su padre, el fallecido Nicolás Maduro García, sí nació en Venezuela, su también difunta madre (Teresa de Jesús Moros) llegó al mundo en la ciudad fronteriza de Cucutá, en territorio colombiano. De confirmarse la doble nacionalidad del presidente Maduro, éste (según la Constitución de Venezuela) sería inelegible para gobernar.
Pero mientras en Venezuela se cocina lo que parece será una acalorada jornada electoral que terminará sacando del poder al heredero del trono del presidente Hugo Chávez Frías, el pueblo venezolano continúa naufragando en un mar de escases de agua potable, alimentos, y una incontenible oleada delictiva.
Para los venezolanos es cada vez más difícil conseguir los alimentos y productos de primera necesidad para subsistir. Con frecuencia llegan las imágenes de saqueos y violentos enfrentamientos en supermercados y centros de abastecimientos; venezolanos matando a venezolanos por comida.
A esto se le suma el racionamiento energético y los cantinflescos anuncios del presidente Maduro, quien recortó la jornada laboral a dos y tres días por semana, con el propósito de ahorrar energía eléctrica. Es triste e irónico que un país rico, productor de petróleo, tenga que dejar que su pueblo sufra en la oscuridad por la falta de electricidad. El Gobierno venezolano incluso cambió la hora para tener 30 minutos más de luz al día.
En un intento desesperado por mantenerse en el poder, y solucionar las necesidades de sus seguidores, Maduro hace poco incrementó el sueldo mínimo de los venezolanos en un 30% y aumentó el suministro alimenticio mensual. No obstante, el aumento salarial ayuda muy poco cuando el país sudamericano atraviesa por una rampante inflación. El poder de compra del venezolano se evaporó por completo en medio de la crisis económica del país.
Desde que Maduro asumió el poder en 2013, el bolívar se devaluó en un 98% contra el dólar estadounidense en el mercado negro, y el índice inflacionario aumentó en triple dígitos. Por su puesto, Maduro atribuye su fracaso financiero a la "guerra económica" que Estados Unidos presuntamente libra en su contra y el pueblo venezolano.
La situación política y económica de Venezuela es tan volátil, que nadie sabe qué puede pasar en los próximos meses. ¿Podrá el referéndum revocatorio sacar a Maduro del poder?, o ¿será el hambre del pueblo la que eventualmente lo desalojarán de Miraflores? ¿Será Maduro un líder fuerte qué sólo abandonará el gobierno muerto, como su predecesor?
Sólo el tiempo lo dirá…
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".