La economía… El verdadero "talón de Aquiles" de Trump
Ninguna de las barbaridades que ha dicho o hecho el presidente Donald Trump desde que asumió la presidencia en enero de 2017 han sido suficientes para afectar su popularidad. Un gran sector del pueblo estadounidense respalda al mandatario y la forma errática como con frecuencia se expresa.
Todo parece indicar que, al paso que va, Trump ganará fácilmente la reelección en los comicios de noviembre de 2020, lo que le permitirá permanecer en el máximo puesto ejecutivo de la nación cuatro años más.
El único "talón de Aquiles" que podría frustrar las aspiraciones de Trump es la economía, y la posibilidad de que Estados Unidos se sumerja en una recesión financiera. Si el bolsillo del electorado sufre, el Partido Republicano (y la candidatura de Trump) se verá afectado en las urnas.
Hace poco, el índice bursátil Dow Jones colapsó tras una caída de 800 puntos, para cerrar su mayor jornada del 2019.
Los expertos opinan que el desplome del mercado de valores más importante de Nueva York fue causado por el temor de ralentización de las economías de Alemania y China. Si estos dos gigantes continúan teniendo pérdidas, eventualmente impactará las finanzas de Estados Unidos.
A esto se le suma la guerra comercial entre China y Estados Unidos, y la amenaza del presidente Trump de imponer sanciones económicas a todos los artículos de consumo producidos en el país asiático. Los aranceles que Estados Unidos debió comenzar a cobrar el 1 de septiembre, fueron pospuestos para principios de diciembre, para no afectar las compras de Navidad del pueblo estadounidense.
Trump sabe que todo lo que compremos "Made in China", le costará más dinero a la gente, especialmente los electrónicos y la ropa, entre otros artículos.
La economía se tambaleó también porque la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 10 años, de referencia en el país, quedó brevemente por debajo de la de los títulos a 2 años, algo que no ocurría desde junio de 2007. Esta inestabilidad ha puesto nerviosos a inversionistas bursátiles en todo el Mundo.
Afortunadamente, no todas son malas noticias en el frente económico. La tasa de desempleo de Estados Unidos de 3.7%, representa su nivel más bajo en casi cinco décadas. También, las ventas minoristas en julio aumentaron un 0.7%, más de lo esperado. Esto quiere decir que a pesar del temor de que llegue una recesión, la gente continúa comprando, ¡las tiendas están llenas!
Cabe destacar es que tras bastidores, Trump está consiente de que la economía puede convertirse en su punto débil. Fuentes citadas por el periódico Washington Post aseguran que el presidente está preocupado por los recientes eventos financieros y la posibilidad de que una recesión podría afectar los bolsillos de los estadounidenses.
Ahora bien, a nivel público y oficial, Trump ha adoptado la política de "un problema no es un problema hasta que es un problema"... La Casa Blanca se niega a reconocer que la economía del país está amenazada, por lo que no cuenta con un plan estratégico para evitarla. La solución de la administración Trump es ¡no hacer nada!.
Funcionarios de alto nivel en Washington minimizaron temores de una posible recesión, a pesar de la reciente caída en los mercados financieros, e incluso defendieron las prácticas arancelarias del presidente Trump.
Larry Kudlow, principal asesor económico de la Casa Blanca, aseguró que "no hay recesión a la vista", y enfatizó que los consumidores tienen mejores sueldos, y por ende pueden gastar y ahorrar más.
"Los consumidores están trabajando. Sus sueldos están aumentando. Están gastando y estás ahorrando (…) Creo que estamos en muy buena forma", indicó Kudlow. "No, no veo una recesión (…) Nos está yendo bastante bien a mi juicio. No tengamos miedo al optimismo".
El propio Trump, por su parte, reiteró en un encuentro de campaña hace poco que "aunque lo adoren o lo odien", la única opción del electorado estadounidense es que voten por él, debido al "buen manejo de la economía" que ha demostrado. El presidente agregó que los demócratas no tienen un plan concreto para manejar las finanzas de la nación, por lo que él era la mejor opción.
Está claro que ni sus comentarios racistas, ni sus controvertidas políticas migratorias, afectarán la popularidad del presidente Trump. En algunos lugares, incluso, la visión del presidente es vista como atractiva y "pro-americana". La única manera que Trump pierde es si su "talón de Aquiles" económico empieza afectar el bolsillo de la gente que hoy opina que el presidente "está haciendo a América grande de nuevo"…
La respuesta la tendremos en poco más de 14 meses, la noche del 3 de noviembre de 2020, cuando los votantes decidamos el futuro de la nación en las urnas.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
Todo parece indicar que, al paso que va, Trump ganará fácilmente la reelección en los comicios de noviembre de 2020, lo que le permitirá permanecer en el máximo puesto ejecutivo de la nación cuatro años más.
El único "talón de Aquiles" que podría frustrar las aspiraciones de Trump es la economía, y la posibilidad de que Estados Unidos se sumerja en una recesión financiera. Si el bolsillo del electorado sufre, el Partido Republicano (y la candidatura de Trump) se verá afectado en las urnas.
Hace poco, el índice bursátil Dow Jones colapsó tras una caída de 800 puntos, para cerrar su mayor jornada del 2019.
Los expertos opinan que el desplome del mercado de valores más importante de Nueva York fue causado por el temor de ralentización de las economías de Alemania y China. Si estos dos gigantes continúan teniendo pérdidas, eventualmente impactará las finanzas de Estados Unidos.
A esto se le suma la guerra comercial entre China y Estados Unidos, y la amenaza del presidente Trump de imponer sanciones económicas a todos los artículos de consumo producidos en el país asiático. Los aranceles que Estados Unidos debió comenzar a cobrar el 1 de septiembre, fueron pospuestos para principios de diciembre, para no afectar las compras de Navidad del pueblo estadounidense.
Trump sabe que todo lo que compremos "Made in China", le costará más dinero a la gente, especialmente los electrónicos y la ropa, entre otros artículos.
La economía se tambaleó también porque la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 10 años, de referencia en el país, quedó brevemente por debajo de la de los títulos a 2 años, algo que no ocurría desde junio de 2007. Esta inestabilidad ha puesto nerviosos a inversionistas bursátiles en todo el Mundo.
Afortunadamente, no todas son malas noticias en el frente económico. La tasa de desempleo de Estados Unidos de 3.7%, representa su nivel más bajo en casi cinco décadas. También, las ventas minoristas en julio aumentaron un 0.7%, más de lo esperado. Esto quiere decir que a pesar del temor de que llegue una recesión, la gente continúa comprando, ¡las tiendas están llenas!
Cabe destacar es que tras bastidores, Trump está consiente de que la economía puede convertirse en su punto débil. Fuentes citadas por el periódico Washington Post aseguran que el presidente está preocupado por los recientes eventos financieros y la posibilidad de que una recesión podría afectar los bolsillos de los estadounidenses.
Ahora bien, a nivel público y oficial, Trump ha adoptado la política de "un problema no es un problema hasta que es un problema"... La Casa Blanca se niega a reconocer que la economía del país está amenazada, por lo que no cuenta con un plan estratégico para evitarla. La solución de la administración Trump es ¡no hacer nada!.
Funcionarios de alto nivel en Washington minimizaron temores de una posible recesión, a pesar de la reciente caída en los mercados financieros, e incluso defendieron las prácticas arancelarias del presidente Trump.
Larry Kudlow, principal asesor económico de la Casa Blanca, aseguró que "no hay recesión a la vista", y enfatizó que los consumidores tienen mejores sueldos, y por ende pueden gastar y ahorrar más.
"Los consumidores están trabajando. Sus sueldos están aumentando. Están gastando y estás ahorrando (…) Creo que estamos en muy buena forma", indicó Kudlow. "No, no veo una recesión (…) Nos está yendo bastante bien a mi juicio. No tengamos miedo al optimismo".
El propio Trump, por su parte, reiteró en un encuentro de campaña hace poco que "aunque lo adoren o lo odien", la única opción del electorado estadounidense es que voten por él, debido al "buen manejo de la economía" que ha demostrado. El presidente agregó que los demócratas no tienen un plan concreto para manejar las finanzas de la nación, por lo que él era la mejor opción.
Está claro que ni sus comentarios racistas, ni sus controvertidas políticas migratorias, afectarán la popularidad del presidente Trump. En algunos lugares, incluso, la visión del presidente es vista como atractiva y "pro-americana". La única manera que Trump pierde es si su "talón de Aquiles" económico empieza afectar el bolsillo de la gente que hoy opina que el presidente "está haciendo a América grande de nuevo"…
La respuesta la tendremos en poco más de 14 meses, la noche del 3 de noviembre de 2020, cuando los votantes decidamos el futuro de la nación en las urnas.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".