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La JCE propinó una "bofetada electoral" al pueblo dominicano

La Junta Central Electoral (JCE) de República Dominicana "invirtió" la suma de $22 millones de dólares en un sistema electrónico de "voto automatizado" para propinarle una "bofetada electoral" al pueblo quisqueyano, y a la vez atentar contra la democracia del país que (por primera vez en 176 años de historia), suspendió abruptamente unos comicios.

Esa es la única explicación "lógica" para tratar de entender la frustrante paralización de las elecciones municipales del pasado domingo, 16 de febrero.

Ese día exactamente a las 11:11 a.m. de la mañana, el presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, anunció en una conferencia de prensa de emergencia que cerca de la mitad de los equipos electrónicos no funcionaron correctamente, y que las boletas virtuales no se cargaban en el sistema, por lo que varios partidos y sus respectivos candidatos quedaban sin posibilidad de ser elegidos por el pueblo.

Lo que nadie entiende es cómo y por qué falló el sistema electrónico de "voto automatizado" (que reitero costó $22 millones de dólares), si previamente había sido “CERTIFICADO" la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), y auditado la firma española Alhambra Systems

¿Quién falló aquí?… Porque definitivamente ¡alguien no hizo bien su trabajo! Los días pasan y los electores dominicanos continúan sin saber quiénes fueron los responsables de la falla del sistema o, sí en vez de tratarse de un "problema técnico" lo que pasó intento de fraude por parte de algunas organizaciones políticas del país.

Múltiples medios han reportado de que las autoridades de la JCE aparentemente sabían desde el viernes, 14 de febrero (dos días antes de abrirse las urnas), que había fallas en el nuevo sistema electoral electrónico, y que ni Castaños Guzmán ni ningún otro representante del órgano electoral dominicano dijo algo al respecto.

En ese momento, la JCE optó por permanecer en silencio, como si el problema se pudiera resolver por sí solo.

Hay otras versiones que aseguran que el problema fue descubierto la noche anterior de las elecciones municipales, el sábado, 15 de febrero. Supuestamente, los técnicos que trabajaban en los nuevos aparatos del voto automatizado encontraron la falla, sin que estos avisaran adecuadamente a los delegados políticos.

Acto seguido, se realizó una reunión de emergencia que según los presentes duró hasta tarde en la madrugada. Los peritos se comprometieron a resolver el "inconveniente" antes de las 7 a.m. de la mañana, hora en que debían empezar las votaciones, pero no fue así.

Los colegios electorales abrieron puntualmente a pesar de que en 18 municipios del país (que alojan el 62% del electorado) las boletas no mostraban a todos los candidatos. El problema radica en qué, la elección municipal se suspendió para todo el país, a pesar de que 38% de los municipios hubiera podido continuar votando por el método tradicional de boletas de papel.

¿Por qué si la JCE sabía de la existencia de una falla técnica su presidente (Castaños Guzmán) u otro alto funcionario de esa entidad no levantó la bandera de alerta para avisarle a la ciudadanía ANTES DE QUE ABRIERAN LAS URNAS?

La repentina suspensión de los comicios municipales, además de crear una indescriptible sensación de desconfianza e indignación, hace que la tierra de Duarte, Sánchez y Mella se convierta en una "República Bananera" donde la democracia es más débil que un "Kleenex" mojado.

La preocupación ahora es que la JCE sigue al mando de Castaños Guzmán y los mismos directivos responsables del fracaso electoral del domingo, 16 de febrero. Ahora, y sin garantías de que el problema fue solucionado, los poco más de 7.4 millones de electores dominicanos deberán regresar a las urnas, esta vez el 15 de marzo, para elegir a los ocupantes de 3,849 cargos en 158 municipios del país.

Lo peor: el domingo, 17 de mayo, los votantes de República Dominicana decidirán quién será su presidente por los próximos cuatro años, y nuevamente en esta instancia, no existen garantías serias de que la JCE hará un trabajo transparente.

Lo único positivo del fracaso de los comicios municipales es que la sociedad dominicana se ha unido, realizando protestas en diferentes partes del país y donde quiera que vive un hijo de Quisqueya. Los dominicanos quieren respuestas, cambios y que la democracia sea tan firme como una mesa de cuatro patas, incapaz de tambalearse.

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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".